miércoles, 15 de marzo de 2017

Hacia rutas salvajes

22/03/2017
Hacia rutas salvajes
17:00-19:20
Visionado de la película Hacia rutas salvajes.
19:20-19:30
DESCANSO
19:30-20:00
Debate sobre la película

¿Hay que dejarlo todo para dedicarnos a lo que nos gusta? ¿Tenemos que dedicarnos a lo que nos gusta para no dejarlo todo? ¿Cómo influye la literatura en el protagonista? Os dejamos el tráiler de este filme de Sean Penn;



Y os recordamos que estos días, del 18 al 25 de marzo, se celebrará el Festival de poesía "Pero esta semana más..." que organiza en Alicante Letras de Contestania.

4 comentarios:

  1. A propósito de “Into the Wild”
    “Hay placer en los bosques sin caminos, Hay éxtasis en las orillas solitarias, Hay compañía donde nadie pisa, Cerca del profundo mar y de su rugido musical; No amo menos al hombre, sino más a la Naturaleza”. Lord Byron

    En tiempos en que la brevedad, la fugacidad, la sobredosis de información no dejan mucho espacio para la reflexión y la profundidad de esas reflexiones, me formulo varias cuestiones, a raíz de la película que ayer compartimos. Y me gustaría compartirlas con vosotros y también conocer las vuestras. Porque si un libro o un film, nos hacen pensar, creo que ha valido la pena su lectura o visionado, según el caso. Incluso a veces, una repetición de ellas, nos enriquecen la percepción de su contenido y sus mensajes.
    Hay un tiempo en la vida, especialmente al acabar la adolescencia y entrando en la edad adulta, en que necesitamos encontrar nuestra propia identidad, entender quiénes somos y qué aspiramos. En ese momento, somos el producto de nuestro entorno, nuestro aprendizaje (el familiar y el educativo), nuestros conflictos bien o mal resueltos y la suma de todos ellos, unidos a la lectura y /o al estudio de aquellos temas que nos han influido, marcan el camino a elegir para descubrir y entender nuestro yo interior. Sumado a ellos, un modelo de sociedad del cual renegamos, que no responde a nuestros principios, donde los modelos se caen a pedazos, el consumismo se erige como religión, y la realidad de las grandes urbes exhibe sin rubor sus miserias, acaban siendo el impulso definitivo.
    Puede ocurrir, que debamos dejar atrás nuestras raíces, alejarnos, tomar distancia, romper con los lazos afectivos que nos influyen, y buscar un refugio en el cual poner en práctica aquellas teorías que nos han influido. La ruptura con nuestras raíces siempre es una elección, y toda elección implica un renunciamiento, y muchas veces, un dolor infligido a quienes nos dieron la vida y, bien o mal, intentaron conducirnos por el buen camino que su criterio ha forjado para nosotros.
    A todo este planteamiento me lleva el personaje de Chris Mc Candless, que a través de Supertramp hizo su búsqueda para volver a encontrarse con Chris Mc Candless. Hace falta una buena dosis de valentía para emprender este viaje (un viaje interior, en gran medida) y una alta dosis de desapego, para que los eventuales compañeros de viaje no distraigan del objetivo final. Indudablemente, nadie que haya emprendido esta aventura, puede regresar de ella, indemne. Las vivencias, las experiencias, maravillosas unas, traumáticas otras, marcan mucho y van forjando al viajero que retorna. La muerte puede ser un accidente. El regreso, un renacimiento.
    Decía Thoureau que “…ventajoso sería el vivir una vida primitiva y de logros cotidianos, aún inmersos en una civilización vertida hacia el exterior, aunque sólo fuera para ganar conocimiento real de nuestras necesidades básicas y de los métodos aplicados a su satisfacción…..”
    Diría mucho más, pero la brevedad, manda…y esto ya superó los estándares permitidos que ella exige.
    Marysa

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  2. Justo nos envía este comentario, a propósito de "Into the wild"que transcribo a continuación:
    "Un joven que se gradúa de estudios pre-universitarios, en el momento en que sabe que sus padres viven una situación aparente, ficticia, que viven en la mentira, decide escaparse sin llevarse nada y lo que lleva se deshace de carnets, dinero, tarjetas de crédito, etc. Envía sus fondos a una ONG. Se aísla en tierras de Arizona, Dakota, Oregón y California. Chris, en su vida diaria, que duró 2 años, se mueve a pié, en canoa, en trenes de mercancías, come plantas del campo, caza y sin ayudas. Cuando, durante su periplo, se reencuentra con la sociedad recibe críticas, amenazas y también alguna torta.
    No quiere convivir en el ambiente habitual ni poco tiempo. No le apetece convivir con las tradiciones y hábitos de la sociedad que conoce..

    Cuando regresa a la Universidad mantiene sus principios y sus ejes de cada día: lectura, caza, caminar..y algo de deportes náuticos. Sus formas le mantienen algo rígido y con alejamiento familiar."

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  3. Gracias por comentarios tan sugerentes. El protagonista de la película me recuerda al querido viajero que nos visitó hace una semanas, Alberto Rodríguez. Comparto una inquietud breve pero constante: ¿Es la literatura la que posibilita el viaje o es al movernos cuando sentimos que nos leemos con el resto que nos integra? Pienso en el leitmotiv de Vicente Quirarte, Vivir es escribir con todo el cuerpo (también profesado por Luisa Valenzuela en la charla que dio ayer en el CeMaB -está grabada-), o en los Viajes alrededor de la alcoba que tan bien proponía Xavier Villaurrutia. El movimiento y la escritura (o mejor, la lectura) deberían de ser sinónimos.

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  4. Lane Rodrigues nos envía este bellísimo texto que escribió a partir de la película (siento el sangrado, se desajusta en este formato):

    En mi ruta de camino a la tertulia, en la calle San Fernando, hay un Conservatorio de Música dónde me cruzo con niños que se dirigen a las clases, cada Miércoles. Delante de mí iba una abuela con un instrumento en el hombro y delante de ella, el nieto, de casi siete o ocho años, que andaba rápidamente. La mujer se despide del niño que se va corriendo en dirección a la puerta del Conservatorio. Se distancian. Yo estoy entre el pequeño y la mujer y les escucho bien. La abuela grita: "Hijo, el violín...". El niño se vuelve corriendo hacia ella, en busca de su violín. Se ríen del olvido y yo me río con ellos.
    La abuela comenta " madre mía, madre mía...".
    Siento que en este día la música me buscaba.
    "Hacia la ruta salvaje" me llena de música. No hubo silencios.
    En el principio de la película pude observar también que el apellido del protagonista es "Candless". Interesante porque se trata de la mezcla de las palabras inglesas "candle" (vela) y "less" (menos). Por un momento me pregunté : se apagará la llama por alguna razón?
    Toda la película me enleva en música. Música, voces, intenciones.
    Protestas y dolor.
    Una huída salvaje hasta ... que...?!?
    Los imágenes son bonitos: la naturaleza salvaje; la mar; las buenas lecturas que influyen; el pasado y sus porqués; vencer los obstáculos mentales y físicos; la obstinación en buscar lo casi imposible; negarse a ser esclavo del consumismo desenfrenado; la búsqueda de la libertad para huir del dolor personal. No pudo faltar también el enamoramiento, ni las identificaciones con personas extrañas a él; el olvido familiar (olvido real? no creo); el sufrimiento atroz del padre; la impulsividad; la improvisación mortal; el amor al prójimo y la búsqueda de una metáfora llamada "Alaska"... en medio de la nada y de todo.
    Y las canciones sonaban permeables a los pensamientos y las conclusiones que de ellos derivaban.
    Y la última canción, la última de ellas, ya era un latido de un corazón muy flaco que se apagaba, poco a poco.
    Donde estaba el pensamiento del niño del violín cuando se iba al Conservatorio?
    Un despiste... Hacía su ruta a su manera. Quizás tenía la música en su cabeza, sin su violín.
    Igual al hombre de la película, otro niño, cuyo apellido me recordaba una llama que se apagaba poco a poco... en nombre de su propio sueño. Su música era ahora su sueño.

    Primavera, Alicante, 2017.

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